Buenos días!
Hoy va de alfombras pero no de unas alfombras cualquiera, de los kilims. Me confieso una enamorada de estas alfombras artesanas. Todas diferentes de todos los colores posibles, con miles de motivos diferentes…hay un kilim (o varios) para cada uno.
Muchas veces he comentado el papel tan importante que juegan para mí las alfombras en una casa, esto también lo heredé de mi madre. Un rincón puede cambiar tanto según la alfombra que pongamos! Según la que elijamos le vamos a dar protagonismo al suelo, a los muebles; podemos dar luz, color o apagar el ambiente. Además tienen unos diseños, colores y las hay de tamaños tan diferentes que no hay límites para encontrar un sitio donde colocarlos. Y fuera prejuicios y creer que un kilim sólo va en ambientes con decoración asiática. Este tipo de alfombra va bien con cualquier tipo de decoración. Irán bien en la entrada, en el salón, comedor, en el dormitorio, la habitación de los niños, para crear un rincón de lectura o un choquito desenfadado; y hasta en el cuarto de baño o la cocina y sino mirad!
Vía Pinterest
Qué, os habéis convencido? Yo tengo varios ya pero no me cansaría nunca de comprar más y les encontraría huequitos en cualquier lado, es una obsesión! Lo único malo, por buscarles una pega es que aquellos que son muy finitos son una pesadilla a la hora de pasar el aspirador si no tienen nada encima que haga tope. Aunque les pongamos esas telas para que agarren acaban resbalando igual y la solución en estos casos es poner un mueblecito encima y con que tenga peso en un punto ya es suficiente.
Pues esto es todo por hoy. Que tengáis un buen día!!